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¿Por qué cada vez más médicos prefieren la terapia combinada con ondas de choque?

Tradicionalmente, hasta hace algunos años el tratamiento ortopédico del dolor se realizaba, según la indicación, con ondas de choque focalizadas o con ondas de presión radiales (a menudo llamadas de manera físicamente incorrecta »ondas de choque radiales«). Sin embargo, en los últimos tiempos estamos asistiendo a un cambio: para conseguir unos resultados terapéuticos aún mejores, los médicos prefieren cada vez más combinar ambas tecnologías en muchas indicaciones. Esta tendencia hacia la llamada »terapia combinada con ondas de choque« se aprecia tanto en la práctica como en las publicaciones de experiencias o en los cursos de formación. Observando detenidamente ambas opciones terapéuticas es posible comprender fácilmente en qué se basa esta evolución.

Ambas técnicas tienen ventajas

La onda de presión radial se expande de manera radial en el cuerpo. Con ella se alcanzan áreas de hasta 5 cm de profundidad, aunque la energía disminuye conforme aumenta la profundidad. Por eso está especialmente indicada para el tratamiento de zonas cercanas a la superficie. La gran diversidad de transmisores permite utilizar la onda de presión radial para tratar tanto de manera local como superficial. Las cadenas musculares pueden tratarse de forma funcional en toda su longitud. Las capas de tejido se movilizan, deshaciendo las adherencias e inactivando los puntos de gatillo. Además, el desplazamiento de las capas de tejido provoca una »liberación miofascial«, un requisito imprescindible para la terapia fascial. Por el contrario, las ondas de choque focalizadas tienen un efecto terapéutico hasta una profundidad de penetración de 12,5 cm. Por eso se utilizan especialmente para el tratamiento de regiones más profundas. La técnica focalizada permite un tratamiento preciso y exacto de, por ejemplo, puntos de gatillo o inserciones tendinosas, porque la energía se aplica justo en el lugar deseado.

Mejor tratamiento de los pacientes mediante la combinación

El breve resumen lo demuestra: las ondas de presión radiales y las ondas de choque focalizadas tienen diferentes ventajas y permiten determinadas opciones terapéuticas. En la práctica nos encontramos cuadros clínicos complejos como, por ejemplo, los síndromes miofasciales. Para poder tratarlos de manera eficaz no es suficiente trabajar solo con las ondas de presión radiales o con las ondas de choque focalizadas. Si el cuadro sintomático complejo incluye zonas a tratar que se encuentran a diferentes profundidades, solo será posible ofrecer un tratamiento preciso y una atención óptima al paciente combinando ambas técnicas. »La onda de choque combinada permite múltiples opciones terapéuticas. De este modo los pacientes obtienen el máximo beneficio de la terapia.«

Incluir otras terapias en el tratamiento

La terapia combinada con ondas de choque muestra el camino hacia una estrategia terapéutica más compleja e integral en las patologías de las partes blandas en el ámbito musculoesquelético. Además de la terapia con ondas de choque focalizadas y ondas de presión radiales, esta estrategia incluye otros módulos especialmente adecuados como complemento. Entre ellos están, por ejemplo, la terapia de vibración (V-ACTOR®), la terapia »Suction Wave« (VACU-ACTOR®) o, desde hace poco, la terapia de magnetotransducción extracorporal (EMTT®). En este contexto encontramos actualmente el debate en torno al concepto »Soft Tissue Engineering«; un término que engloba las técnicas terapéuticas cuyo objetivo común es la regeneración de los tejidos. 

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