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Laserterapia: la innovación del láser de alta intensidad en la recuperación de lesiones

El láser se utiliza en la recuperación de lesiones desde hace varios años, bajo el denominador de laserterapia, pero las técnicas de tratamiento han experimentado una evolución hace relativamente poco, con un cambio que es más cualitativo que cuantitativo. Se trata del uso del láser de alta intensidad en fisioterapia, que cambia absolutamente las posibilidades de aplicación. 

Antes de nada, conviene saber que usar el láser en fisioterapia implica enviar un rayo electromagnético a una zona determinada del cuerpo humano, en este caso con fines terapéuticos. La laserterapia actúa sobre las células bajo los principios de la bioestimulación y la estimulación fotomecánica. En fisioterapia, el láser puede funcionar bajo distintas intensidades o potencias, de las que va a depender también la longitud de onda. La longitud de onda y la potencia son determinantes para la capacidad de penetración del láser en el tejido. A más longitud de onda, mayor capacidad de penetración.

La baja intensidad de los láseres aplicados en la fisioterapia hizo que muchos observaran con desconfianza los tratamientos realizados a partir de esta herramienta. Según un estudio, la eficacia del uso del láser de baja intensidad en el tratamiento de lesiones deportivas es del 65,9%, una cifra notable pero parcial. “Al no tener una capacidad alta de absorción, en muchas ocasiones los efectos de la laserterapia se disipaban”. Eso ha cambiado.

El láser de alta intensidad proporciona ventajas evidentes porque mitiga el dolor inherente al tratamiento, disminuye la inflamación y mejora la cicatrización, ayudando con los efectos bioquímicos,.

La terapia con láser es indolora, y, aunque se nota un aumento de temperatura en la zona tratada, no es invasiva. El láser actúa sobre la membrana celular generando un efecto fotoquímico, que facilita la regeneración tisular, la reducción del dolor y disminuye los efectos inflamatorios, con una serie de efectos fisiológicos:

  • Aumenta la actividad metabólica al actuar sobre las mitocondrias. Esto puede reducir los tiempos de curación.
  • Se produce un aumento de la vasodilatación.
  • Mejora el drenaje linfático.
  • Estos estímulos actúan sobre la inflamación.
  • Aumenta el umbral del dolor. La estimulación fotomecánica inhibe la sensación de dolor y proporciona alivio rápido.

¿Para qué se utiliza?

La laserterapia puede servir para tratar una amplia gama de problemas físicos, desde lesiones musculares y tendinopatías hasta trastornos articulares degenerativos. Por eso el láser de alta intensidad es una herramienta muy útil para la fisioterapia avanzada. Algunas ventajas son:

  • Para tratamientos de lesiones con patologías asociadas, como la osteoporosis. 
  • Como  la laserterapia proporciona ventajas mitigando el dolor y ayudando en la cicatrización, puede usarse con éxito en operados de ligamento cruzado o de prótesis de rodilla, incidiendo sobre la cicatriz.
  • En pacientes post-quirúrgicos, es útil para el tratamiento de la cicatriz externa.
  • En pacientes con problemas de fascitis plantar, ya sean deportistas o no.
  • En tendinopatías de hombro y capsilutis retráctil (conocida como hombro congelado). “Ahí hay un proceso que a veces se desconoce cómo se produce”. “El hombro empieza a perder movilidad, la cápsula se detrae: con el uso del láser se reduce la sensación de dolor, se baja la inflamación y mejora la movilidad”.
  • En general, para tratamientos en fase aguda con mucho dolor. “Si quiero hacer punción seca y el paciente la rechaza porque el dolor es muy intenso, tenemos esta terapia que es muy efectiva, y el paciente no va a notar nada y sí mejoría en cuanto sintomatología”.

La laserterapia ofrece un rango muy variado de aplicaciones en recuperación de lesiones para una técnica que, sin ser estrictamente nueva, si ha experimentado un salto cualitativo para situarse como imprescindible en los tratamientos de fisioterapia avanzada.

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