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Efectividad mediante Ondas de Choque en tendinitis calcificadas del hombro

Las Ondas de Choque extracorpóreas son un impulso simple de onda acústica generada en agua por una fuente electromagnética, electrohidráulica o piezoeléctrica, pueden actuar en un líquido o en un sólido. Las Ondas de Choque se focalizan usando diferentes lentes o reflectores, estos sistemas de Ondas de Choque focalizados se diferencian de las denominadas Ondas Radiales con otras características físicas e indicaciones, de acuerdo con la Sociedad Internacional de Ondas de Choque Extracorpóreas (ISMST).

La principal característica física de la Ondas de Choque focalizada es que su absorción en los tejidos es muy baja, y después de unos instantes, se alcanzan presiones elevadas en el punto del impacto. La energía local, en el dicho punto, se define como densidad de flujo energético (DFE, por impulso, y se expresa como Joules por área (mJ/mm2). La efectividad total del tratamiento se define por el número y por la DFE del impulso. Asimismo, hay que tener en cuenta la forma geométrica del foco del impacto. En medicina osteomuscular se usa Ondas de Choque entre 0,001 y 0,5 mJ/mm2. Es absolutamente necesario diferenciar las baja energía, con DFE de menos de 0,1 mJ/mm2, de las Ondas de Choque de alta energía, con DFE entre 0,2-0,5 mJ/mm2. Las ondas de choque usadas en litotricia pueden inducir fragmentación y destrucción de cuerpos sólidos (litiasis renales o ureterales, litiasis biliar o tejido óseo). Los efectos analgésicos de las ondas de choque de media y baja energía están relacionados con mecanismos neurofisiológicos. Generalmente, las Ondas de Choque de baja energía se usan como analgesia y las de alta energía, para calcificaciones o seudoartrosis.

La efectividad de las Ondas de Choque extracorpóreas en tendinitis calcificadas ha sido estudiada con buenos resultados. La desaparición del depósito se ha descrito en un 60% de los casos y se han obtenido mejorías clínicas de hasta en un 75% de los pacientes.

La periartritis calcificada aguda es la presentación clínica más frecuente relacionada con los depósitos de cristales; la articulación del hombro es la localización más habitual (70%) y se denomina tendinitis calcificada del hombro. Suele afectar al manguito de los rotadores, y más concretamente al tendón del músculo supraespinoso.

Los mecanismos de actuación de esta terapia no están aclarados. Parece que podría desintegrar o cavitar las calcificaciones. La desaparición de los depósitos puede ser por vaciamiento en la bursa subacromial o reabsorción local en los tejidos de alrededor y esto puede llevar varias semanas.

Es importante focalizar bien el depósito de calcio durante toda la sesión de tratamiento, que dura aproximadamente unos 20 min, y es necesario refocalizar la calcificación cada 200-300 impactos, ya que la desaparición de la calcificación es más frecuente cuando se ha mantenido una correcta focalización. Además, el constante mantenimiento de la focalización se asocia con una tasa más alta de reabsorción y, por tanto, con mejores resultados clínicos.

Con respecto a su coste, y comparando con los ultrasonidos en el tratamiento de la tendinitis calcificada, cabe decir que la terapia con ondas de choque es más barata y consume menos tiempo.

En comparación con otras series, nuestros resultados son similares y confirmamos que es una técnica no invasiva, carente de efectos secundarios significativos, siempre que se utilice adecuadamente, y una alternativa a los métodos quirúrgicos.

Se necesitan más estudios para determinar la dosis más efectiva y el número óptimo de ondas a aplicar.

 

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